Desde tiempos remotos, está bastante difundida la creencia de que hay animales capaces de advertir con suficiente antelación algún comportamiento inusual de la Tierra. Unos le llaman sexto sentido, otros aseguran que esa capacidad anticipativa es algo sobrenatural o esotérico, pero la ciencia poco a poco va demostrando que es un hecho absolutamente científico.
Ya para el año 2011, la NASA ofrecía una explicación de cómo es que hay animales que pueden ser capaces de anticipar la llegada de un terremoto. Aseguraban en ese entonces los investigadores de la afamada agencia, que varios días antes de un terremoto en la Tierra se producen cambios químicos que son percibidos por algunas especies de animales.
El interés de la NASA por estudiar el enigmático poder de ciertos animales nació cuando unos científicos observaron que los sapos huían de sus estanques días antes de que se produjera un terremoto en L’Aquila (Italia), en el año 2009. Este hecho obligó a estudiar los efectos químicos que se produjeron como respuesta al movimiento de los sapos.